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- Código del diagnóstico: 00169
- Dominio del diagnóstico: Dominio 10 – Principios vitales
- Clase del diagnóstico: Clase 3 – Congruencia entre valores/creencias/acciones
- Estado del diagnóstico: Diagnósticos actuales
El diagnóstico NANDA-I ‘Religiosidad deteriorada’ representa un aspecto fundamental en el cuidado integral del paciente, ya que aborda las dimensiones espirituales y emocionales que pueden afectar la salud y el bienestar. La capacidad de un individuo para mantener su compromiso con sus creencias y prácticas religiosas es crucial para su resiliencia ante diversas adversidades, impactando directamente en su calidad de vida y proceso de recuperación.
Este artículo se dedicará a explorar y explicar en profundidad el diagnóstico NANDA-I ‘Religiosidad deteriorada’, comenzando por su definición y abarcando los factores que contribuyen a esta condición. Se abordarán aspectos clave como las características definitorias, los factores relacionados y las poblaciones en riesgo, ofreciendo una visión integral que permitirá entender mejor cómo esta problemática puede influir en el proceso de atención y el bienestar de los pacientes.
Definición del Diagnóstico NANDA-I
El diagnóstico de ‘religiosidad deteriorada’ se refiere a una disminución significativa en el compromiso de un individuo con sus creencias espirituales y prácticas religiosas previas, manifestándose a través de la dificultad para seguir los principios y rituales que alguna vez fueron importantes para su bienestar emocional y espiritual. Esta condición puede resultar del enfrentamiento a crisis personales, cambios vitales o condiciones de salud que no solo alteran la conexión con una comunidad de fe, sino que también generan una sensación de desconexión interna respecto a la propia espiritualidad y la identidad religiosa. En este contexto, las personas pueden experimentar sentimientos de angustia, confusión y aislamiento, lo que les imposibilita adherirse a los dogmas de su fe, llevar a cabo rituales que antes les ofrecían consuelo o incluso reconectar con las creencias que alguna vez les brindaron significado y propósito. Este deterioro no solo afecta la salud mental y emocional del individuo, sino que también puede impactar en su calidad de vida, fomentando dudas, cuestionamientos acerca de sus creencias y una búsqueda angustiosa de reconexión espiritual en momentos de vulnerabilidad.
Características Definitorias del Diagnóstico NANDA-I
El diagnóstico NANDA-I «Religiosidad deteriorada» se identifica por características definitorias. A continuación, se explican:
- Dificultad para adherirse a doctrinas religiosas La incapacidad para seguir las enseñanzas religiosas puede indicar una perdida de conexión con valores fundamentales que antes guiaban la vida del individuo. Esta dificultad puede manifestarse como un conflicto interno, donde la persona no solo pierde el acercamiento a las doctrinas, sino que puede experimentar sentimientos de culpa, confusión y ansiedad. La observación de este aspecto se hace evidente cuando el paciente expresa dudas sobre conceptos o principios que anteriormente eran inamovibles en su vida.
- Dificultad para adherirse a rituales religiosos Los rituales son componentes centrales que fortalecen la práctica religiosa y proporcionan estructura y significado a la vida del individuo. La falta de interés o la incapacidad para participar en estos rituales pueden reflejar un distanciamiento de la comunidad de fe y de las experiencias que solían ser consoladoras. Esto no solo se manifiesta en la no participación, sino también en una posible sensación de vacío y pérdida de identidad, lo que refuerza el diagnóstico de religiosidad deteriorada.
- Dificultad para reconectar con patrones de creencia La desconexión con las creencias de base puede hacer que el individuo sienta una crisis espiritual, lo que se traduce en confusión y dudas sobre el sentido de su vida y su propósito. Esta manifestación es esencial para entender la profundidad del deterioro, ya que puede conducir a estados de ansiedad y depresión, exacerbando la sensación de aislamiento. Clínicamente, este aspecto se puede observar a través del lenguaje del paciente y su disposición para cuestionar o rechazar previamente firmes creencias.
- Dificultad para reconectar con rituales religiosos Similar a la dificultad para seguir doctrinas, el enfrentarse a un sentimiento de separación de los rituales que solían proporcionar consuelo puede evidenciar una crisis de identidad espiritual. Esta desconexión puede dar lugar a la búsqueda de otros métodos de encontrar significado, a menudo sin éxito, lo que puede resultar en un aumento del estrés emocional. La observación de esta dificultad es crítica y puede manifestarse a través de la falta de entusiasmo en reuniones comunitarias o la cancelación de actividades que antes eran regulares.
- Incomodidad con la separación de la comunidad de fe La falta de pertenencia a un grupo de fe puede aumentar el sentimiento de soledad y abandono, lo que resalta la importancia de las conexiones sociales en la experiencia religiosa. Esta característica puede manifestarse a través de lamentos sobre la pérdida de contactos o un deseo palpable de volver a la comunidad, lo cual indica que la persona está experimentando un deterioro en su red de apoyo espiritual. Clínicamente, esto puede ser observado a través de la conducta del paciente en entornos donde se solía reunir con otros, y su disposición para volver a participar.
- Cuestiona doctrinas religiosas Cuando un individuo comienza a dudar de las enseñanzas en las que alguna vez confió plenamente, se evidencia un cambio significativo en su estado espiritual. Este cuestionamiento puede ser un indicativo de una búsqueda más profunda de significado, o simplemente de una pérdida de fe. Lo clínico que se observa aquí es un cambio en el diálogo interno del paciente, evidenciado en conversaciones que demuestran un escepticismo que no existía anteriormente, simbolizando un desánimo en su esfera religiosa.
- Cuestiona rituales religiosos La eficacia y el significado de los rituales son fundamentales en la práctica religiosa; cuando un individuo pone en duda estas prácticas, su nivel de compromiso religioso está en crisis. Esto puede llevar a una falta de participación que se traduce en sentimientos de vacío y desconexión. Clínicamente, se puede observar en las discusiones del paciente sobre rituales que antes consideraba valiosos y que ahora ve como irrelevantes, lo que refleja un deterioro en su conexión espiritual.
Factores Relacionados (Etiología) del Diagnóstico NANDA-I
La etiología de «Religiosidad deteriorada» se explora con sus factores relacionados. A continuación, se explican:
- Ansiedad La ansiedad puede generar una sobrecarga emocional que distrae a los individuos de sus prácticas religiosas. El estado de incertidumbre puede hacer que se cuestionen sus creencias y tradiciones, creando un conflicto interno que les impide encontrar consuelo en su fe.
- Barrera cultural para practicar la religión Factores culturales, como diferencias en creencias o prácticas, pueden interferir en la capacidad del individuo para participar plenamente en su religión. Esto puede generar sentimientos de alienación y relegar la religiosidad a un segundo plano.
- Síntomas depresivos La depresión puede reducir la motivación y la energía para participar en actividades religiosas, debilitando la conexión con la comunidad de fe. La pérdida de interés puede ser un síntoma tanto de la enfermedad como de la interrupción del apoyo espiritual que antes se disfrutaba.
- Miedo a la muerte La preocupación por la mortalidad puede desencadenar crisis de fe, donde el individuo cuestiona las creencias religiosas ante la inevitabilidad de la muerte. Este conflicto espiritual puede llevar a una desconexión de las prácticas religiosas que antes ofrecían confort.
- Apoyo social inadecuado La falta de una red de apoyo social puede contribuir a la sensación de soledad, lo que disminuye el compromiso con la espiritualidad. La comunidad de fe a menudo proporciona no solo un sentido de pertenencia, sino también el apoyo emocional necesario para mantener la religiosidad.
- Interacción sociocultural inadecuada Las experiencias negativas con la comunidad pueden disuadir la participación activa en actividades religiosas. El individuo puede sentir que no encaja o que no es aceptado, lo cual puede llevar a una desconexión progresiva de sus prácticas de fe.
- Transporte inadecuado La imposibilidad de asistir a lugares de culto debido a problemas logísticos puede limitar el acceso a la comunidad religiosa. Esto no solo interfiere con la práctica individual, sino también con el sentido de comunidad que refuerza la religiosidad.
- Cuidado ineficaz Una atención médica no adecuada puede contribuir a un sentido de aislamiento, lejos de las fuentes de apoyo espiritual. La falta de conexión con servicios que integren la espiritualidad en la atención puede agudizar el deterioro de la religiosidad.
- Uso ineficaz de estrategias de afrontamiento Las personas que no saben cómo manejar sus distresses espirituales pueden caer en la desesperanza, alejándose de sus creencias religiosas como mecanismo de defensa. Esto puede hacer que se sientan desamparados, afectando directamente su compromiso espiritual.
- Inseguridad La falta de confianza en la fe y en la capacidad de enfrentarse a los desafíos puede llevar a una disminución en la religiosidad. Cuando los individuos se sienten inseguros en sus creencias, pueden alejarse de las prácticas religiosas que les brindan fortaleza.
- Dolor El sufrimiento físico o emocional puede hacer que las personas busquen alivio en otras áreas, a menudo menos espirituales. El dolor puede desviar la atención y la energía que de otro modo se invertirían en actividades relacionadas con la fe.
- Angustia espiritual Sentimientos de inquietud y conflicto respecto a la espiritualidad pueden resultar en una desconexión del individuo con su fe. La lucha interna puede ser debilitante, reduciendo la motivación para participar en actos religiosos significativos.
- Restricciones ambientales no abordadas Problemas en el entorno que limitan la capacidad de practicar la fe (como el miedo a la violencia en lugares de culto o prejuicios en la comunidad) pueden contribuir al deterioro de la religiosidad, ya que el entorno puede actuar como un disuasivo para la práctica religiosa regular.
Población de Riesgo para el Diagnóstico NANDA-I
Ciertos grupos son más susceptibles a «Religiosidad deteriorada«. A continuación, se explican:
- Individuos Hospitalizados: Este grupo a menudo enfrenta un entorno restrictivo que limita su capacidad para practicar rituales y actividades religiosas. La hospitalización puede provocar sentimientos de aislamiento y preocupación por su salud, lo que puede traducirse en una pérdida de conexión con su fe. El estrés de la enfermedad y la incertidumbre pueden hacer que se cuestionen sus creencias y sentimientos espirituales, contribuyendo a un deterioro en su religiosidad.
- Individuos en Crisis al Final de la Vida: La cercanía de la muerte plantea interrogantes profundas sobre la existencia y el propósito, lo que puede reavivar dudas y miedos en torno a sus creencias religiosas. Este grupo puede experimentar un conflicto interno entre el deseo de aferrarse a su fe y el enfrentamiento de la realidad de la mortalidad, lo que puede llevar a una crisis espiritual significativa y un deterioro en su sentido de religiosidad.
- Individuos en Transiciones de Vida: Cambios drásticos en la vida, como mudanzas, jubilaciones o pérdidas significativas, pueden generar un desarraigo emocional. Estas transiciones a menudo van acompañadas de ansiedad, tristeza y falta de sentido, lo que puede hacer que el compromiso religioso se vea afectado negativamente. La pérdida de un entorno familiar o comunitario también puede debilitar la red de apoyo espiritual que estos individuos solían tener.
- Individuos en Crisis Personal: Eventos estresantes significativos como divorcios, despidos o muertes de seres queridos pueden desencadenar una reevaluación de sus creencias. Las crisis personales suelen generar una crisis de identidad que puede alejar a las personas de sus prácticas religiosas. Esta distorsión en su perspectiva de vida puede llevar al abandono de creencias que previamente les brindaban consuelo y orientación.
- Individuos en Crisis Espiritual: Cuando surgen dudas sobre la fe, el impacto puede ser devastador. La incertidumbre sobre sus creencias espirituales puede llevar a estos individuos a una desconexión con sus prácticas religiosas habituales, influenciados por un desequilibrio emocional y psicológico. La falta de respuestas o la sensación de abandono por parte de una fuerza superior puede intensificar su crisis, resultando en una pérdida de sentido y fe.
- Individuos con Historial de Manipulación Religiosa: Experiencias pasadas de manipulación o abuso en contextos religiosos pueden conducir a un profundo resentimiento y desconfianza hacia las prácticas espirituales. Este historial genera un marco de referencia negativo que puede erosionar su conexión con la religión, llevándolos a rechazar por completo su práctica y creyendo que la religión es una fuente de dolor más que de consuelo.
- Adultos Mayores: Este grupo enfrenta cambios significativos relacionados con la soledad, la pérdida de amigos y familiares, y problemas de salud que pueden afectar su conexión espiritual. La soledad y el aislamiento, junto con la reflexión sobre la vida, pueden llevar a una crisis existencial que impacte su compromiso religioso, ya que pueden cuestionar el sentido de su vida y la omnipresencia de una fuerza superior en sus experiencias de sufrimiento.
Condiciones Asociadas al Diagnóstico NANDA-I
El diagnóstico «Religiosidad deteriorada» puede coexistir con otras condiciones. A continuación, se explican:
- Trastorno depresivo La depresión es un trastorno que afecta el estado de ánimo, la energía y la motivación de una persona, lo que puede llevar a una disminución en la participación en actividades religiosas. La pérdida de interés en la religión puede ser tanto una consecuencia de la depresión como una causa de agravamiento de esta, ya que el aislamiento social y la falta de apoyo espiritual pueden intensificar los síntomas depresivos. Esto se convierte en un círculo vicioso, donde la persona que sufre de depresión se aleja de su práctica religiosa, que a menudo actúa como un sistema de apoyo, exacerbando su estado de ánimo negativo. Por ello, es crucial evaluar el estado emocional del paciente y considerar intervenciones que integren el bienestar espiritual en su tratamiento clínico.
- Estado de salud deteriorado Un estado de salud deteriorado puede incluir enfermedades crónicas, limitaciones físicas o condiciones de salud mental que afectan la capacidad de un individuo para participar activamente en su comunidad religiosa o practicar sus creencias de forma habitual. Esta limitación puede llevar a sentimientos de desconexión y desamparo, que a su vez impactan negativamente en la religiosidad de la persona. Los pacientes con condiciones físicas que requieren cuidados extensos pueden experimentar una disminución en su vida espiritual, lo que puede generar sentimientos de tristeza o pérdida. En la valoración del paciente, es vital entender cómo sus problemas de salud afectan su vida espiritual, adaptando el plan de cuidados para facilitar la participación en prácticas religiosas que sean posibles, incluso si estas son modificadas según sus capacidades actuales.
Objetivos NOC / Resultados Esperados
Para el diagnóstico NANDA-I «Religiosidad deteriorada«, se plantean los siguientes resultados esperados (NOC) que guiarán la evaluación de la efectividad de las intervenciones de enfermería. Estos objetivos se centran en la mejora del estado del paciente en relación con las manifestaciones y factores etiológicos del diagnóstico:
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Religiosidad
La medición de la religiosidad es crucial para evaluar la capacidad del paciente para practicar y expresar su fe. Este resultado permite monitorear la mejora en la participación en rituales y actividades espirituales, lo cual puede contribuir significativamente al bienestar emocional y espiritual del paciente. -
Conexión Espiritual
Este resultado se centra en la percepción del paciente sobre su conexión con una fuerza superior. Es relevante porque una fuerte conexión espiritual puede promover la resiliencia y ayudar al paciente a enfrentar enfermedades o adversidades, fomentando su motivación y esperanza, que son vitales en momentos de crisis. -
Relaciones Interpersonales
Evaluar las relaciones interpersonales del paciente puede ayudar a identificar la red de apoyo social y espiritual que tiene. La calidad de estas relaciones es fundamental para mejorar la religiosidad, ya que el apoyo de otros puede facilitar la práctica de la fe y el fortalecimiento de creencias. -
Bienestar Emocional
Este resultado mide el estado emocional general del paciente. La religiosidad deteriorada a menudo se acompaña de depresión o ansiedad. La mejora en el bienestar emocional puede ser un indicador de que el paciente está recuperando su conexión espiritual y enfrentando mejor sus desafíos.
Intervenciones NIC / Plan de Cuidados de Enfermería
Para abordar el diagnóstico NANDA-I «Religiosidad deteriorada» y alcanzar los objetivos NOC propuestos, se sugieren las siguientes intervenciones de enfermería (NIC). Estas intervenciones están diseñadas para tratar los factores etiológicos y las manifestaciones del diagnóstico:
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Apoyo Espiritual
Esta intervención se centra en proporcionar un ambiente seguro y acogedor donde el paciente pueda explorar sus creencias espirituales y religiosas. Facilita el diálogo sobre sus preocupaciones o ansiedades relacionadas con su espiritualidad, lo que puede ayudar a restaurar su sentido de conexión y significado en la vida. -
Facilitación de Ritual o Ceremonia
La intervención implica ayudar al paciente a participar en rituales o ceremonias que sean significativos para su fe o sistema de creencias. Esto puede fortalecer su sentido de comunidad y pertenencia, promoviendo la sanación emocional y espiritual al permitirle conectarse con lo divino y con otros que comparten sus creencias. -
Educación sobre Recursos Espirituales
Esta intervención consiste en proporcionar información sobre recursos disponibles como grupos de apoyo espiritual, consejería pastoral o materiales de lectura relacionados con la fe. El objetivo es empoderar al paciente para que busque apoyo adecuado y reforzar su red de apoyo espiritual, lo que puede ser vital para su recuperación. -
Promoción de la Reflexión Personal
Aquí se anima al paciente a reflexionar sobre sus creencias y experiencias espirituales. A través de técnicas como la escritura en un diario o el mindfulness, el paciente puede explorar y expresar sus pensamientos y emociones, lo que puede contribuir a la restauración de su identidad espiritual y a una mayor claridad en su fe.
Actividades de Enfermería Detalladas
Las intervenciones NIC para el diagnóstico NANDA-I «Religiosidad deteriorada» se componen de actividades específicas que el personal de enfermería lleva a cabo para proporcionar cuidados efectivos. A continuación, se detallan ejemplos de actividades para las intervenciones clave identificadas:
Para la Intervención NIC: Apoyo Espiritual
- Brindar un espacio privado para que el paciente exprese sus sentimientos y preocupaciones espirituales, promoviendo un ambiente de confianza y empatía.
- Escuchar activamente las preocupaciones del paciente sobre su espiritualidad sin juzgar, facilitando un diálogo abierto y respetuoso.
- Ofrecer materiales de lectura relacionados con la espiritualidad que se alineen con las creencias del paciente, ayudando a fomentar su reflexión y conexión espiritual.
Para la Intervención NIC: Facilitación de Ritual o Ceremonia
- Coordinar con líderes religiosos o comunitarios para facilitar la visita del clérigo o grupo de apoyo de la fe del paciente en el entorno de atención.
- Ayudar al paciente a participar en rituales significativos de su tradición religiosa, como la oración o la meditación, que pueden proporcionar consuelo emocional.
- Permitir la personalización del entorno del paciente (por ejemplo, colocando símbolos de fe en su habitación) para aumentar su sentido de pertenencia y celebración de su fe.
Para la Intervención NIC: Educación sobre Recursos Espirituales
- Proporcionar información sobre grupos de apoyo espiritual locales y líneas de ayuda que el paciente pueda contactar para recibir apoyo adicional.
- Entregar folletos o recursos sobre servicios de consejería pastoral disponibles en el hospital o comunidad.
- Facilitar la conexión del paciente con un capellán o consejero espiritual en el establecimiento, para abordar necesidades específicas de fe.
Sugerencias y Consejos Prácticos
Para manejar de manera más efectiva el diagnóstico NANDA-I «Religiosidad deteriorada» y mejorar el bienestar, se ofrecen las siguientes sugerencias y consejos para pacientes y sus familias:
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Establece momentos de reflexión diaria
Dedica unos minutos cada día para la meditación o la oración. Esto puede ayudarte a reconectar con tus creencias y encontrar tranquilidad en momentos difíciles.
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Participa en actividades comunitarias
Involúcrate en grupos de tu comunidad religiosa o espiritual. La conexión con otros que comparten tus creencias puede ofrecer apoyo emocional y ayudar a reconstruir tu sentido de pertenencia.
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Crea un espacio sagrado en casa
Dedica un rincón de tu hogar para tus prácticas religiosas o espirituales. Un espacio personalizado puede servir de refugio para la meditación y la oración, facilitando la conexión espiritual.
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Explora lecturas inspiradoras
Lee textos que resuenen con tus creencias. La literatura espiritual puede ofrecer consuelo, guía y nuevas perspectivas sobre tu situación.
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Busca orientación espiritual
Considera hablar con un líder espiritual o terapeuta que entienda tus creencias. Ellos pueden ofrecerte recursos y apoyo para navegar por tus sentimientos y creencias deterioradas.
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Expresa tus emociones a través del arte
Utiliza la escritura, la pintura o la música como medios para expresar tus sentimientos sobre la espiritualidad. Este proceso creativo puede ser terapéutico y ayudarte a procesar tus experiencias.
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Practica el autocuidado regular
Incluye técnicas de relajación y autocuidado en tu rutina diaria, como ejercicio ligero, una alimentación saludable o dormir lo suficiente. Un cuerpo sano puede fortalecer la mente y el espíritu.
Ejemplo Práctico / Caso Clínico Ilustrativo
Para ilustrar cómo el diagnóstico NANDA-I «Religiosidad deteriorada» se aplica en la práctica clínica y cómo se aborda, consideremos el siguiente caso:
Presentación del Paciente y Contexto Clínico
El paciente es un hombre de 68 años, viudo, con antecedentes de depresión moderada y diagnóstico de cáncer de próstata en fase avanzada. Se presenta a la consulta junto a un familiar, expresando gran tristeza y una pérdida de interés en sus actividades espirituales, incluyendo la asistencia a servicios religiosos.
Valoración de Enfermería
Durante la valoración, se recopilaron los siguientes datos significativos:
- Dato Subjetivo Clave 1: «Ya no siento la necesidad de ir a la iglesia, antes era lo que más disfrutaba.»
- Dato Subjetivo Clave 2: «He perdido la fe, no sé si Dios se preocupa por mí.»
- Dato Objetivo Clave 1: Se observa una expresión facial de tristeza y desánimo durante la entrevista.
- Dato Objetivo Clave 2: No se reporta ninguna práctica religiosa en el último mes y muestra aversión a hablar sobre temas espirituales.
Análisis y Formulación del Diagnóstico de Enfermería NANDA-I
El análisis de los datos de valoración conduce a la identificación del siguiente diagnóstico de enfermería: Religiosidad deteriorada. Esta conclusión se basa en la ausencia de participación en actividades religiosas, una expresión de pérdida de fe, y síntomas emocionales relacionados con la tristeza y la desesperanza, que son características definitorias del diagnóstico.
Plan de Cuidados Propuesto (Objetivos e Intervenciones Clave)
El plan de cuidados se centrará en abordar el diagnóstico «Religiosidad deteriorada» con los siguientes elementos prioritarios:
Objetivos (NOC Sugeridos)
- El paciente participará en actividades religiosas o espirituales, mostrando interés y motivación en una semana.
- El paciente expresará un aumento en su sentido de conexión espiritual y bienestar emocional en 2 semanas.
Intervenciones (NIC Sugeridas)
- Fomento de la Espiritualidad:
- Proporcionar un ambiente de escucha activa para que el paciente exprese sus sentimientos sobre su fe.
- Ofrecer la posibilidad de visitas de un asistente espiritual o capellán si el paciente lo desea.
- Apoyo Emocional:
- Realizar sesiones de diálogo centradas en el significado de la espiritualidad en su vida.
Evolución y Resultados Esperados
Con la implementación de las intervenciones propuestas, se espera que el paciente retome la práctica de sus actividades religiosas y que exprese una mejora significativa en su estado emocional en relación con el diagnóstico ‘Religiosidad deteriorada’. El seguimiento continuo permitirá evaluar la efectividad del plan.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
A continuación, se responden algunas preguntas frecuentes sobre el diagnóstico NANDA-I «Religiosidad deteriorada«:
¿Qué significa ‘religiosidad deteriorada’?
‘Religiosidad deteriorada’ se refiere a la disminución o pérdida de la capacidad de una persona para participar en actividades religiosas significativas, lo que puede afectar su bienestar emocional y espiritual.
¿Cuáles son las causas comunes de la religiosidad deteriorada?
Puede ser causada por una serie de factores, incluyendo enfermedades crónicas, trauma emocional, pérdida de seres queridos o cambios significativos en la vida que dificultan la práctica de la fe.
¿Cómo puede afectar la religiosidad deteriorada a un paciente?
La religiosidad deteriorada puede llevar a sentimientos de aislamiento, desesperanza y ansiedad, afectando negativamente la salud mental y emocional del paciente.
¿Qué intervenciones de enfermería son útiles para pacientes con religiosidad deteriorada?
Las intervenciones incluyen facilitar el acceso a líderes religiosos, ofrecer un ambiente para la reflexión espiritual, y fomentar la expresión de emociones relacionadas con su espiritualidad.
¿Cómo pueden los familiares apoyar a un ser querido con religiosidad deteriorada?
Los familiares pueden apoyar escuchando activamente, alentando la participación en actividades espirituales y mostrando respeto por las creencias y sentimientos del paciente.