Déficit de autocuidado: Uso del inodoro

Diagnóstico NANDA 00110 -

    • Código del diagnóstico: 00110
    • Dominio del diagnóstico: Dominio 4 – Actividad – reposo
    • Clase del diagnóstico: Clase 5 – Autocuidado
    • Estado del diagnóstico: Diagnósticos discontinuados

El diagnóstico NANDA-I ‘Déficit de autocuidado: Uso del inodoro’ es fundamental en la práctica de enfermería, ya que aborda una de las necesidades más básicas y esenciales para el bienestar de los pacientes: su capacidad para gestionar la eliminación. Esta incapacidad no solo afecta la higiene personal, sino que también disminuye la autonomía del individuo y puede ser un indicador de problemas de salud subyacentes. Reconocer y tratar este diagnóstico es clave para mejorar la calidad de vida del paciente y fomentar una atención centrada en sus necesidades.

El presente artículo se dedicará a explorar en profundidad el diagnóstico NANDA-I ‘Déficit de autocuidado: Uso del inodoro’, comenzando por su definición y los elementos que la constituyen. Se abordarán los aspectos cruciales que incluyen características definitorias, factores relacionados, poblaciones en riesgo y problemas asociados, ofreciendo una visión integral que permita a los profesionales de la salud entender mejor este diagnóstico y sus implicancias en el cuidado diario del paciente.

Definición del Diagnóstico NANDA-I

El diagnóstico NANDA-I de ‘Déficit de autocuidado: Uso del inodoro’ se refiere a la incapacidad de un individuo para realizar de manera autónoma y efectiva las actividades relacionadas con la eliminación de desechos corporales, lo que incluye tanto la gestión de la higiene personal como el uso de la infraestructura sanitaria, como un inodoro. Este déficit puede manifestarse de diversas formas, desde la dificultad para llegar al baño o utilizarlo adecuadamente, hasta el desafío de mantener una higiene adecuada después de la eliminación, y suele estar asociado tanto con limitaciones físicas, como debilidad, problemas de movilidad o dolor, como con factores cognitivos que afectan la comprensión y recordación de las rutinas adecuadas. Este diagnóstico es particularmente relevante en poblaciones vulnerables, como los adultos mayores o aquellos con enfermedades crónicas, ya que puede impactar su bienestar emocional y físico, limitando su independencia y contribuyendo a problemas de salud adicionales relacionados con la higiene inadecuada. Reconocer y abordar este déficit es esencial para promover el autocuidado, mejorar la calidad de vida y fomentar la dignidad personal en el manejo de las necesidades corporales.

Características Definitorias del Diagnóstico NANDA-I

El diagnóstico NANDA-I «Déficit de autocuidado: Uso del inodoro» se identifica por características definitorias. A continuación, se explican:

  • Subjetivas
    • Dificultad para completar la higiene en el inodoro: Esta dificultad señala una incapacidad para realizar una de las actividades básicas de autocuidado, lo que puede estar relacionado con la falta de movilidad, dolor o pérdida de coordinación. Tal limitación no solo afecta la higiene, sino que también puede impactar la autoestima del paciente, generando ansiedad o depresión. La observación de esta característica puede ser clave para identificar el grado de dependencia del paciente y sus emociones asociadas.
    • Dificultad para tirar de la cadena del inodoro: Esta limitación puede estar relacionada con problemas físicos, como debilidad muscular, o cognitivos, que dificultan la secuencia de acciones necesarias para finalizar el proceso de eliminación. La incapacidad de completar esta tarea aumenta el riesgo de situaciones de incontinencia o accidentes, lo que a su vez puede ocasionar un aumento en la carga emocional o psicológica del paciente.
    • Dificultad para manipular la ropa para ir al inodoro: Esta característica sugiere la existencia de problemas en la coordinación motora o limitaciones físicas, como artritis o enfermedades neuromusculares. La imposibilidad de quitarse o ponerse la ropa de manera independiente interfiere en la autonomía del paciente, aumentando la frustración y el sentimiento de pérdida de control sobre su propio cuerpo.
    • Dificultad para alcanzar el baño: Indica problemas de movilidad que pueden surgir por condiciones como la debilidad física, o por la falta de un entorno adaptado, lo que puede generar ansiedad o malestar si el paciente teme no llegar a tiempo. La presión de estar en una situación de urgencia puede llevar a un aumento de episodios de incontinencia y, por ende, a la estigmatización social del paciente.
    • Dificultad para levantarse del inodoro: Esta dificultad señala debilidad muscular o problemas de equilibrio, que son riesgos importantes para la seguridad del paciente, incrementando el riesgo de caídas y accidentes. La evaluación de esta característica es crucial, ya que caídas en el baño son comunes y pueden causar lesiones significativas, afectando aún más la capacidad de autocuidado del individuo.
    • Dificultad para sentarse en el inodoro: Esta manifestación puede estar relacionada con dolor crónico o restricciones en el rango de movimiento que(previenen que el paciente adopte una posición adecuada. La incapacidad de utilizar adecuadamente el inodoro puede derivar en situaciones de incontinencia, impulsando el desarrollo de infecciones o problemas de salud secundarios, además de afectar el bienestar general del paciente.
  • Objetivas
    • Necesidad de asistencia para la higiene: Este aspecto indica una clara dependencia en la realización de actividades de autocuidado. La evaluación de esta necesidad no solo es vital para el diagnóstico, sino que también abre la puerta a la creación de un plan de cuidados a medida. La observación de cuánta ayuda requiere el paciente es un indicador clave de su nivel de autonomía y bienestar general.
    • Limitación en el rango de movimiento: Esta característica se puede evaluar observando la capacidad del paciente para moverse con facilidad y realizar tareas relacionadas con el uso del inodoro. Cualquier restricción observada puede reflejar un déficit funcional que afecta no solo el uso del sanitario, sino también otras actividades diarias esenciales. Evaluar el rango de movimiento proporciona información valiosa sobre la gravedad del déficit de autocuidado y ayuda a establecer un plan de intervención adecuado.

Factores Relacionados (Etiología) del Diagnóstico NANDA-I

La etiología de «Déficit de autocuidado: Uso del inodoro» se explora con sus factores relacionados. A continuación, se explican:

  • Ansiedad La ansiedad puede generar un estado de temor o preocupación que impide al paciente tomar decisiones razonadas acerca de sus necesidades básicas, incluyendo el uso del inodoro. Esta emoción puede desencadenar evitaciones o episodios de bloqueo, interfiriendo significativamente en la capacidad del paciente para ejecutar acciones necesarias para el autocuidado, como el uso del baño. En un contexto clínico, abordar la ansiedad a través de técnicas de relajación o terapia puede facilitar que el paciente se sienta más seguro y capaz de manejar su autocuidado.
  • Disfunción cognitiva Condiciones como demencia o delirium pueden perturbar los procesos de pensamiento, restricciones temporales y la memoria del paciente, dificultando la secuenciación de pasos necesarios para el uso del inodoro. La pérdida de capacidad cognitiva puede llevar a confusión y desorientación, aumentando el riesgo de accidentes o de no utilizar el baño, lo que requiere que el personal sanitario implemente estrategias que simplifiquen el reconocimiento de rutinas relacionadas con el autocuidado.
  • Disminución de la motivación La apatía y la falta de interés por parte del paciente pueden ser síntomas de condiciones más profundas, como depresión, lo que puede hacer que el individuo no sienta la necesidad de realizar actividades diarias, incluyendo el uso del inodoro. Esto crea un ciclo de negligencia que afecta la salud física y mental del paciente. Impulsar la motivación puede implicar la creación de un entorno positivo que fomente el autocuidado y la autonomía del paciente, resaltando la importancia de las higienes personales.
  • Limitaciones del entorno Un baño que no está adaptado a las necesidades del paciente, como falta de barras de apoyo o un inodoro a una altura adecuada, puede presentar un obstáculo significativo. Esta limitación puede generar ansiedad o frustración en el paciente, dificultando el acceso y aumentando el riesgo de caídas o accidentes. Evaluar y modificar el entorno del paciente es crucial para asegurar que esté diseñado para facilitar su independencia y seguridad.
  • Fatiga La sensación de cansancio extremo puede resultar de condiciones médicas subyacentes, tratamientos prolongados o falta de descanso adecuado, y puede afectar la energía y la disposición del paciente para participar en actividades de autocuidado. La fatiga no solo reduce la capacidad física sino también la motivación y el enfoque mental necesarios para llevar a cabo tareas básicas como el uso del inodoro. Estrategias de gestión del tiempo y energía, además de considerar pausas adecuadas, son esenciales para atender este factor.
  • Deterioro de la movilidad física La disminución en la capacidad de movimiento puede ser el resultado de diversas afecciones, como artritis, accidentes cerebrovasculares o condiciones neuromusculares. Este deterioro afecta la posibilidad de trasladarse al inodoro, de manera que el paciente puede depender de la ayuda de otros. Proporcionar dispositivos de asistencia y fomentar la rehabilitación física son intervenciones importantes para restaurar la capacidad funcional del paciente.
  • Deterioro de la habilidad para la traslación La incapacidad para movilizarse efectivamente, ya sea por debilidad muscular, inestabilidad o dolor, puede obstaculizar la capacidad del paciente para llegar al baño. Esta dificultad puede depender de múltiples factores y suele ser un signo de un estado clínico más comprometido. Implementar un plan de movilidad adecuado y proporcionar entrenamiento en el uso de ayudas para la movilidad son necesarios para mejorar esta habilidad.
  • Manifestaciones neurocomportamentales Los cambios en el comportamiento pueden ser un indicador de condiciones neurológicas o psicológicas, afectando la disposición y el interés del paciente hacia el autocuidado. Esto puede incluir desde apatía hasta agitación, y puede resultar en una inhibición en la práctica de rutinas de higiene. Abordar estos cambios con una evaluación multidisciplinaria permite establecer estrategias de intervención adecuadas que consideren tanto el aspecto emocional como el físico necesario para el autocuidado.
  • Dolor El dolor crónico o agudo puede disminuir la funcionalidad del paciente y crear una asociación negativa con actividades cotidianas como el uso del inodoro. El dolor puede representar un impedimento significativo que lleve al paciente a evitar el uso del baño, aumentando el riesgo de complicaciones como infecciones urinarias o constipación. Gestionar el dolor a través de técnicas adecuadas de alivio y evaluación del tratamiento es esencial en la planificación de cuidados para este tipo de déficit.
  • Debilidad La debilidad física puede ser consecuencia de múltiples factores, incluyendo desnutrición, enfermedades crónicas o la inactividad prolongada. Esta debilidad no solo afecta la capacidad funcional en el uso del inodoro, sino que también puede implicar la necesidad de asistencia para garantizar la seguridad y el bienestar del paciente. Evaluar la fuerza muscular y promover un plan de ejercicio adaptado y estrategias alimenticias es fundamental para mejorar esta condición.

Problemas Asociados al Diagnóstico NANDA-I

«Déficit de autocuidado: Uso del inodoro» puede interrelacionarse con otros problemas. A continuación, se explican:

  • Deterioro musculoesquelético El deterioro en el sistema musculoesquelético tiene un impacto significativo en la capacidad del paciente para realizar actividades diarias, como el uso del inodoro. Algunas condiciones, como artritis o debilidad muscular, pueden reducir la movilidad y la fuerza, interviniendo en la habilidad del paciente para trasladarse a un inodoro o sostenerse de manera adecuada. Cuando el paciente no puede acceder al inodoro de forma autónoma, se producen sentimientos de frustración y pérdida de autoestima, lo que agrava el déficit de autocuidado. Evaluar la fuerza muscular y la movilidad es fundamental para desarrollar un plan de cuidados que fomente el uso seguro del inodoro, que puede incluir ejercicios de rehabilitación y la implementación de dispositivos de asistencia como barras de agarre.
  • Enfermedades neuromusculares Las patologías que afectan el sistema neuromuscular, como esclerosis múltiple o parálisis cerebral, pueden interferir con las funciones motoras necesarias para el uso del inodoro. Estas enfermedades pueden provocar debilidad, pérdida de coordinación y espasmos musculares en el paciente, lo que imposibilita que realice esta actividad de manera independiente. La evaluación interdisciplinaria es crucial, ya que requerirá el enfoque conjunto de enfermeras, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales para implementar estrategias que permitan al paciente manejar el uso del inodoro con mayor facilidad, lo que también contribuye a su dignidad y bienestar emocional. El seguimiento continuo y la adaptación del entorno, como el uso de inodoros elevados o sillas de baño, puede ser necesario para adaptarse a sus limitaciones y mejorar la calidad de vida del paciente.

Objetivos NOC / Resultados Esperados

Para el diagnóstico NANDA-I «Déficit de autocuidado: Uso del inodoro«, se plantean los siguientes resultados esperados (NOC) que guiarán la evaluación de la efectividad de las intervenciones de enfermería. Estos objetivos se centran en la mejora del estado del paciente en relación con las manifestaciones y factores etiológicos del diagnóstico:

  • Conducta de Autocuidado: Uso del Inodoro
    Este resultado NOC mide la capacidad del paciente para usar el inodoro de manera independiente. Es relevante porque permite evaluar el progreso hacia la autonomía en el autocuidado, lo que es fundamental para mejorar la calidad de vida y la autoestima del paciente.
  • Conocimiento: Autocuidado
    Este resultado aborda la comprensión del paciente sobre la importancia y las técnicas relacionadas con el uso del inodoro. Mejorar el conocimiento puede empoderar al paciente, reducir la ansiedad y facilitar el cumplimiento de las rutinas de higiene personal.
  • Conformidad: Plan de Cuidados
    La adherencia del paciente a recomendaciones y rutinas establece una conexión crítica entre el tratamiento y la mejora del autocuidado. Este resultado permite evaluar si el paciente sigue el plan y aplica las medidas necesarias para lograr el uso independiente del inodoro.
  • Autonomía: Actividades de la Vida Diaria
    Este resultado refleja el nivel de independencia del paciente en sus actividades diarias, incluyendo el uso del inodoro. Su mejora indica una recuperación en general y favorece la autoestima y la funcionalidad del paciente en el entorno familiar y social.

Intervenciones NIC / Plan de Cuidados de Enfermería

Para abordar el diagnóstico NANDA-I «Déficit de autocuidado: Uso del inodoro» y alcanzar los objetivos NOC propuestos, se sugieren las siguientes intervenciones de enfermería (NIC). Estas intervenciones están diseñadas para tratar los factores etiológicos y las manifestaciones del diagnóstico:

  • Asistencia para el uso del inodoro
    Esta intervención consiste en ayudar al paciente a usar el inodoro de forma segura y digna. Incluye la preparación del entorno, asegurando que el paciente tenga acceso y apoyo adecuado. Su propósito es fomentar la autonomía y comodidad del paciente, reduciendo la ansiedad y el riesgo de caídas.
  • Educación sobre higiene personal
    Se proporciona información al paciente sobre prácticas adecuadas de higiene después de usar el inodoro. Esta intervención ayuda a prevenir infecciones y mejora la autoconfianza del paciente en su capacidad para mantener su higiene, impactando positivamente en su autoestima y bienestar general.
  • Fortalecimiento de la movilidad
    Esta intervención incluye ejercicios y actividades que mejoran la fuerza y el equilibrio del paciente, lo que facilita su capacidad para trasladarse al inodoro de forma independiente. El objetivo es aumentar la capacidad funcional del paciente y reducir la dependencia en las actividades de autocuidado.
  • Planificación de horarios para el uso del inodoro
    Consiste en establecer y seguir un horario regular para el uso del inodoro, lo que ayuda a entrenar la respuesta fisiológica del paciente y a prevenir episodios de incontinencia. Esta intervención proporciona estructura, ayudando al paciente a anticipar y preparar el uso del inodoro.
  • Apoyo emocional
    Implica ofrecer apoyo emocional y comprensión al paciente respecto a sus preocupaciones y ansiedad sobre el uso del inodoro. Esta intervención busca fomentar un ambiente de confianza y empatía, lo que puede mejorar la disposición del paciente para involucrarse en su autocuidado y facilitar su adaptación a las limitaciones.

Actividades de Enfermería Detalladas

Las intervenciones NIC para el diagnóstico NANDA-I «Déficit de autocuidado: Uso del inodoro» se componen de actividades específicas que el personal de enfermería lleva a cabo para proporcionar cuidados efectivos. A continuación, se detallan ejemplos de actividades para las intervenciones clave identificadas:

Para la Intervención NIC: Asistencia para el uso del inodoro

  • Preparar el entorno del baño, asegurando que el inodoro esté limpio y accesible, y que haya suficiente iluminación para prevenir accidentes.
  • Asistir al paciente a trasladarse al inodoro, ofreciendo soporte físico si es necesario, para garantizar su seguridad y dignidad durante el proceso.
  • Asegurarse de que el paciente tenga los dispositivos de ayuda, como un andador o barras de apoyo, a disposición para facilitar su uso del inodoro de manera independiente.
  • Explicar el procedimiento de uso del inodoro al paciente, para reducir la ansiedad y aumentar la confianza en su capacidad para realizar la tarea.
  • Observar y registrar el tiempo que el paciente pasa en el inodoro para identificar patrones y adaptar el plan de cuidados según sea necesario.

Para la Intervención NIC: Educación sobre higiene personal

  • Demostrar las técnicas adecuadas de higiene personal post-uso del inodoro, como el correcto lavado de manos y la limpieza genital, para prevenir infecciones.
  • Entregar material educativo, como folletos o guías visuales, sobre prácticas de higiene que el paciente pueda utilizar como referencia.
  • Revisar periódicamente con el paciente sus prácticas de higiene personal, corrigiendo y aclarando cualquier duda que surja durante las sesiones educativas.
  • Fomentar la práctica de la higiene con el paciente, ofreciendo refuerzo positivo cuando se sigan adecuadamente las indicaciones dadas.
  • Crear un espacio seguro para que el paciente pueda expresar inquietudes o preocupaciones respecto a su higiene, facilitando un diálogo abierto y receptivo.

Para la Intervención NIC: Fortalecimiento de la movilidad

  • Diseñar un programa de ejercicios específicos que incluya caminatas cortas y ejercicios de equilibrio, adaptados a las capacidades del paciente.
  • Realizar sesiones de terapia física guiada, centradas en el fortalecimiento de los músculos de las extremidades inferiores y el tronco para mejorar la movilidad general.
  • Monitorear el progreso del paciente en sus habilidades de movilidad, ajustando el plan de ejercicios según la evolución observada y las limitaciones identificadas.
  • Incluir a la familia o cuidadores en las sesiones de fortalecimiento, para que apoyen y motiven al paciente a continuar sus actividades físicas en el hogar.
  • Proporcionar información sobre la importancia de la movilidad para el mantenimiento de la independencia en el autocuidado, incentivando una actitud activa hacia el ejercicio.

Sugerencias y Consejos Prácticos

Para manejar de manera más efectiva el diagnóstico NANDA-I «Déficit de autocuidado: Uso del inodoro» y mejorar el bienestar, se ofrecen las siguientes sugerencias y consejos para pacientes y sus familias:

  • Establecer una rutina regular

    Crear horarios regulares para ir al baño ayuda a entrenar el cuerpo y minimizar la urgencia. Esto puede incluir ir al baño después de las comidas.

  • Adaptar el baño para mayor accesibilidad

    Instalar barras de apoyo, asientos elevados o un inodoro portátil puede hacer que el uso del inodoro sea más seguro y cómodo, facilitando la independencia.

  • Usar ropa fácil de quitar

    Optar por prendas sueltas o con cierres sencillos permitirá un acceso rápido al inodoro, reduciendo la ansiedad y la posibilidad de accidentes.

  • Hidratación adecuada

    Mantener un consumo adecuado de líquidos favorece la salud intestinal y la regularidad, lo que puede facilitar el uso del inodoro y mejorar la calidad de vida.

  • Comunicación abierta

    Hablar con familiares o cuidadores sobre las necesidades y preocupaciones relacionadas con el uso del inodoro puede reducir la ansiedad y promover un ambiente de apoyo.

  • Realizar ejercicios de fortalecimiento

    Ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico pueden ayudar a mejorar el control y la confianza al usar el inodoro.

  • Buscar apoyo psicológico

    Si hay ansiedad o vergüenza sobre el uso del inodoro, consulta con un profesional de salud mental. Esto puede ayudar a abordar emociones negativas y mejorar la autocuidado.

Ejemplo Práctico / Caso Clínico Ilustrativo

Para ilustrar cómo el diagnóstico NANDA-I «Déficit de autocuidado: Uso del inodoro» se aplica en la práctica clínica y cómo se aborda, consideremos el siguiente caso:

Presentación del Paciente y Contexto Clínico

Paciente de 78 años, mujer, con antecedentes de accidente cerebrovascular isquémico hace 6 meses, lo que ha llevado a una discapacidad parcial en el lado derecho. Se presenta a la consulta por dificultades para utilizar el inodoro de manera independiente, requiriendo la ayuda de familiares para realizar esta actividad básica.

Valoración de Enfermería

Durante la valoración, se recopilaron los siguientes datos significativos:

  • Dato Subjetivo Clave 1: La paciente refiere, “No puedo ir al baño sin ayuda, me siento insegura y tengo miedo de caer”.
  • Dato Objetivo Clave 1: Objeto de discapacidad en el lado derecho, que afecta su equilibrio y estabilidad al caminar.
  • Dato Subjetivo Clave 2: La familia indica que la paciente evita ir al baño debido a su temor a caerse.
  • Dato Objetivo Clave 2: Observación de una higiene personal inadecuada en la paciente, que pasa largos periodos sin usar el inodoro.

Análisis y Formulación del Diagnóstico de Enfermería NANDA-I

El análisis de los datos de valoración conduce a la identificación del siguiente diagnóstico de enfermería: Déficit de autocuidado: Uso del inodoro. Esta conclusión se basa en la presencia de características definitorias como la incapacidad para realizar la actividad de usar el inodoro de forma independiente, y los factores relacionados que incluyen la debilidad física posterior al accidente cerebrovascular y el miedo a caídas, que obstaculizan su capacidad de autocuidado.

Plan de Cuidados Propuesto (Objetivos e Intervenciones Clave)

El plan de cuidados se centrará en abordar el diagnóstico «Déficit de autocuidado: Uso del inodoro» con los siguientes elementos prioritarios:

Objetivos (NOC Sugeridos)

  • La paciente se expresará con confianza en su capacidad para usar el inodoro de manera independiente dentro de 4 semanas.
  • La paciente mantendrá una higiene personal adecuada en relación con el uso del inodoro dentro de 4 semanas.

Intervenciones (NIC Sugeridas)

  • Facilitar la movilidad:
    • Proporcionar entrenamiento y técnicas de movilidad para ayudar a la paciente a trasladarse al inodoro de manera segura.
    • Implementar ejercicios de fortalecimiento para mejorar el equilibrio.
  • Educación sobre autocuidado:
    • Enseñar a la paciente estrategias para usar el inodoro independientemente, incluyendo el uso de dispositivos de ayuda.
    • Proporcionar información a la familia sobre cómo asistir a la paciente de manera segura.

Evolución y Resultados Esperados

Con la implementación de las intervenciones propuestas, se espera que la paciente logre usar el inodoro de manera independiente y segura, reduciendo su miedo a caídas y mejorando su higiene personal. El seguimiento continuo permitirá evaluar la efectividad del plan y realizar ajustes según sea necesario.

Preguntas Frecuentes (FAQ)

A continuación, se responden algunas preguntas frecuentes sobre el diagnóstico NANDA-I «Déficit de autocuidado: Uso del inodoro«:

¿Qué significa ‘Déficit de autocuidado: Uso del inodoro’?

Se refiere a la incapacidad o dificultad de una persona para realizar de manera independiente y efectiva las actividades relacionadas con el uso del inodoro, lo cual puede deberse a problemas físicos, cognitivos o emocionales.

¿Cuáles son las causas más comunes de este déficit?

Las causas pueden incluir condiciones médicas como debilidad muscular, lesiones, enfermedades neurológicas, demencia o trastornos del equilibrio, así como factores psicológicos o ambientales que limitan la movilidad.

¿Cómo se puede ayudar a alguien con este déficit?

Se pueden implementar estrategias de asistencia como la creación de un entorno accesible, el uso de dispositivos de ayuda, la planificación regular de horarios de baño y el fomento de la independencia a través de ejercicios de movilidad.

¿Qué intervenciones de enfermería son efectivas para este diagnóstico?

Las intervenciones incluyen la evaluación de la capacidad del paciente, la enseñanza de técnicas de autocuidado, la modificación del entorno y el refuerzo positivo para fomentar la utilidad del baño de manera segura.

¿Qué recursos pueden ser útiles para los cuidadores y familiares?

Los cuidadores pueden beneficiarse de recursos educativos sobre cuidados geriátricos, talleres sobre movilidad y adaptación del hogar, así como grupos de apoyo que proporcionen consejos y experiencias compartidas.

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